¿Cuántos electrodomésticos hay actualmente en los hogares peruanos? ¿Cuántos pequeños aparatos eléctricos contribuyen a facilitar el trabajo de miles de personas? ¿Y en el campo sanitario o audiovisual qué cantidad de productos electrónicos se utilizan para la elaboración de pruebas o la grabación de imágenes? Ante estas preguntas, cabe añadir otra más: ¿qué se hace con estos aparatos cuando dejan de funcionar? Sencillamente se convierten en residuos.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son aquellos elementos que utilizamos diariamente, como teléfonos, tablet’s, computadoras, lavadoras, refrigeradores, secadores de pelo o planchas, y que cuando dejan de funcionar se vuelven inservibles y pasan a ser considerados como RAEE. La legislación de los RAEE viene marcada por el Decreto Supremo N° 009-2019-MINAM, en la que se define lo que son los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos y se detalla un modelo de gestión eficiente para los mismos.
Según lo establecido por el Decreto Supremo N° 009-2019-MINAM, los Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) se pueden clasificar en un total de 11 categorías, de las cuales 7 están divididas en 16 subcategorías, como se puede observar a continuación:
Como: Radios, televisores, cámaras fotográficas, videocámaras, blu ray, proyector, videos, cadenas de alta fidelidad, amplificadores de sonido, instrumentos musicales, otros productos o aparatos utilizados para registrar o reproducir sonido o imágenes, incluidas las señales y tecnologías de distribución del sonido e imagen distintas de la telecomunicación, incluidos accesorios y periféricos.
Taladradoras, sierras, máquinas de coser, herramientas para tornear, molturar, enarenar, pulir, aserrar, cortar, cizallar, taladrar, perforar, punzar, plegar, encorvar, o trabajar la madera, el metal, u otros materiales de manera similar; herramientas para remachar, clavar o atornillar o para sacar remaches, clavos, tornillos o para aplicaciones similares; herramientas para soldar (con o sin aleación) o para aplicaciones similares; herramientas para rociar, esparcir, propagar o aplicar otros tratamientos con sustancias liquidas o gaseosas por otros medios; herramientas para cortar césped o para otras labores de jardinería. Otras herramientas (excepto las herramientas industriales fijas permanentemente de gran envergadura, instaladas por profesionales).
Detector de humos, reguladores de calefacción, termostatos, aparatos de medición, pesaje o reglaje para el hogar, aparatos de laboratorio de ensayo y calibración, otros instrumentos de vigilancia y control utilizados en instalaciones industriales (paneles de control, analizadores de gases o de humo eléctricos o electrónicos, entre otros).
Paneles fotovoltaicos con silicio, paneles fotovoltaicos con teluro de cadmio.
E&V TECH PERÚ S.A.C., se encuentra dentro de los Sistemas de Manejo de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos que cuentan con “Planes de Manejo de RAEE” aprobados por el MINAM, por lo cual nos encontramos aptos para recibir y encargarnos de la “Categoría 8” de estos residuos; no obstante, nuestra organización también tiene la capacidad para gestionar y operar todas las clases de residuos anteriormente mencionadas.
Los RAEE o basura electrónica pueden contener sustancias peligrosas, como el cadmio, mercurio, plomo, arsénico, fosforo, aceites peligrosos y gases que agotan la capa de ozono o que afectan al calentamiento global como los clorofluorocarbonos (CFC), hidroclorofluorocarbonos (HCFC), hidrofluorocarbonos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoniaco (NH3), que si bien son necesarias para garantizar su funcionalidad, pueden emitirse y ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana, en el caso de que estos residuos no se gestionen y traten adecuadamente.
Los materiales valorizables que contienen los aparatos eléctricos y electrónicos suponen un recurso que no debe ni puede perderse, y que tienen que recuperarse en la última etapa de la vida, cuando se transforme en residuo, a través del reciclado para que estos puedan ser conservados para futuras generaciones, siendo un claro ejemplo de aplicación de la economía circular.
Se trata, por tanto, de un modelo en el que entran en juego “Cuatro R’s”: Reducir, Reutilizar, Reparar y Reciclar, y donde pasa a un primer plano el beneficio social y medioambiental, en colaboración con la sostenibilidad. En base a ello, la economía circular tiene como uno de sus principales objetivos lograr mantener el valor de los productos, materiales y recursos en la economía el mayor tiempo posible, primando el cuidado y la protección del Medio ambiente.
Dentro del Decreto Supremo N° 009-2019-MINAM, se establece que los productores de AEE deben de realizar el diseño, implementación y administración de un Sistemas de Manejo de RAEE, como una obligación basada en los principios de Responsabilidad Extendida del Productor y Responsabilidad Compartida, teniendo como finalidad el aseguramiento del manejo ambientalmente adecuado de estos residuos. Dichos sistemas pueden ser “Individuales”, cuando el productor establece su propio Sistema de Manejo de RAEE, o “Colectivos”, en el caso de organizarse como un conjunto mixto; es decir, cuya composición involucra a productores, operadores de RAEE y/o gobiernos locales/regionales.
Por último, cabe resaltar, que, por medio de estos sistemas, los productores presentarán y pondrán a evaluación del MINAM, sus Planes de Manejo de RAEE, los cuales son un Instrumento de Gestión Ambiental en el que se establecen las acciones, medidas y compromisos a realizar para manejar de forma adecuada a los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.
Considerando el actual escenario nacional, que exige impulsar una reactivación económica para generar crecimiento y bienestar, la transición hacia la economía circular surge como una estrategia indispensable para el país, donde las empresas que opten hacia un esquema de economía circular contribuirían a la reducción de la presión sobre el uso de los recursos naturales, la minimización y gestión adecuada de residuos sólidos y líquidos, y la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI), todo ello, sin afectar el crecimiento económico nacional.
Cabe indicar que la Política Nacional de Competitividad y Productividad, aprobada en 2018, reconoce a la economía circular como uno de los lineamientos que permitirá continuar por el rumbo del crecimiento económico a futuro.
Asimismo, el Ministerio de la Producción y el MINAM lideraron la elaboración y aprobación de la «Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industrial», con el propósito de contribuir con el desarrollo industrial sostenible con una previsión de cinco años.
El MINAM viene impulsando los Acuerdos de Producción Limpia (APL) en materia de residuos sólidos, mediante los cuales las empresas suscriben un acuerdo voluntario para mejorar sus condiciones de producción y gestión de sus residuos, lo que a su vez permite incorporar modelos de economía circular, y para ellos las alianzas entre los actores privados, es muy importante. «En la actualidad diversas organizaciones han evaluado sus procesos e identificado oportunidades de mejora para ser mucho más eficientes y amigables con el medio ambiente».
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